¿QUÉ APOSTAMOS?

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LA ADICCIÓN AL JUEGO

¿Qué es la adicción al juego?

EL juego figura bajo las «anomalías habituales y alteraciones de los controles del impulso» y se define de la siguiente manera:

Así definido, el juego excesivo vuelve maniáticos a los pacientes. Una manía es una imagen enferma particularmente permanente, que se acompaña con una fuerte excitación, agitación interna y una persistente irritación sin fundamento.

Otra particularidad de la adicción al juego es la jugada acompañada de alteraciones de la personalidad antisociales, que a través de una falta de atención por las obligaciones sociales y un desconsiderado desinterés por los sentimientos, es reconocible por otros; esto se encuentra a menudo, por ejemplo, en los reclusos.

El juego patológico se muestra a través de las conductas duraderas, recurrentes y usualmente en aumento, propias de los juegos de azar, pese a las consecuencias negativas en el ámbito personal y social, tales como endeudamiento, desorden en las relaciones familiares y perjuicio del desarrollo laboral.

Para hablar de juego patológico, deben haber sucedido dos o más episodios de éste durante un espacio de tiempo de al menos un año.

En una clasificación más amplia, la de DSM-IV, son además mencionados los típicos modelos de pensamiento alterado en los juegos de azar:

El especial significado del dinero para el jugador

El pensamiento sobre el rendimiento violentamente competitivo

Su habitual y exagerada necesidad de reconocimiento social

Una tendencia a la furia

Las colmadas apariciones de enfermedades psicosomáticas producidas por el estrés

¿Cómo puedo saber si tengo una ludopatía?

La vida es juego, pero hasta el más inocente de los bingos caseros con habichuelas, mal enfocado, puede desembocar en una adicción.

En Estados Unidos, se calcula que el uno por ciento de la población adulta, unos dos millones de personas, tienen problemas con el juego. Otro grupo de población más grande, de cuatro a seis millones de ciudadanos, presentan algunos síntomas que convendría vigilar. De no tratarse a tiempo, podrían desembocar en casos mucho más graves, financieros, familiares, de salud, hasta llegar a poner en peligro la vida de la víctima.

Estos son los 10 síntomas:

  1. No puedes parar: además del dinero, el jugador adicto es incapaz de dejar de dilapidar su tiempo. No se trata de elegir entre una y otra forma de ocio, sino de ser incapaz de levantarse de la mesa, virtual o real. Si tienes dudas, ponte a prueba a ti mismo y marca un límite, que puede ser una hora determinada o una cantidad de dinero. Si no puedes cumplir tus propias propuestas, mala señal.
  1. Juegas con dinero que no puedes permitirte perder. Otra clave para el juego sano es apostar solo el dinero que tengas previsto gastar en esa actividad de ocio. Si empiezas a preocuparte porque una hipotética pérdida te causaría problemas, vas por el mal camino. El caso extremo es jugar con dinero prestado o romper el cerdito de tu hijo.
  1. No disfrutas con las apuestas. Pensar en gastarse unos euros en el juego debería ser igual que hacerlo en el cine, en un concierto, o en coleccionar maquetas de trenes. Si el juego es una vía de escape a tu vida miserable o a otros problemas, si tu actuación es compulsiva y no de ocio, también deberías recapitular.
  1. Sigues jugando para recuperar lo perdido. Es una de las peores opciones que existen, aunque es muy fácil incurrir en este error. ¿Por qué crees que va a cambiar tu suerte? Lo más fácil es caer en tilt, como dicen los jugadores de póquer, y empezar a cometer errores cada vez mayores que casi con toda seguridad aumentarán tus pérdidas aún más. Una de las señales de un gran jugador es saber levantarse a tiempo de una partida que no nos conviene.
  1. Cada vez juegas más dinero. No es el caso de los jugadores racionales (también los hay), quienes después de superar un nivel durante un tiempo pasan al siguiente, siempre con un respetuoso control de banca. Si la adrenalina que genera el juego te impulsa a jugar cada vez más dinero para seguir sintiendo lo mismo, es que te has convertido en un yonki del azar.
  1. Haces cualquier cosa para conseguir dinero para el juego. No hay que ser muy listo para saber que este es un síntoma extremo. Más allá de consideraciones morales y penales, robar, engañar y recurrir a cualquier tipo de crímenes para acabar jugándote el dinero no solo es una estupidez, sino que entrarás en un camino de muy difícil retorno.
  1. Antepones el juego a otras cosas importantes. El autoengaño puede alcanzar la maestría en algunos casos, pero si te pierdes la función escolar o incluso la boda de tu hija por hacer algo que está abierto las 24 horas del día está claro que tienes un problema grave.
  1. El juego afecta a tu carácter. Se pueden conseguir experiencias muy agradables con el juego, incluso sin necesidad de ganar. Un profesor de matemáticas me enseñó de joven que no hay que fiarse demasiado de alguien que no juega a nada (al tenis, al ajedrez, a apalabrados… a lo que sea). Saber disfrutar de ello te mejora por dentro y por fuera y te enseña a relacionarte, pero si ves que te estás convirtiendo en peor persona (los otros se darán cuenta mucho antes), deberías reconocer este síntoma lo antes posible y tomar medidas.
  1. La negación. La mayor dificultad para distinguir esta señal es que un no adicto también negará que lo es, al igual que el inocente tampoco reconoce el crimen que no ha cometido. En todo casi, casi nunca se le dice a alguien que es un ludópata cuando está lejos de llegar a serlo. Como suele decirse con el alcohol, si alguna vez te preguntas si estás bebiendo demasiado, probablemente es porque lo estás haciendo.
  1. Tendencias suicidas, escaso apego por la vida. Es quizá el último escalón y suele ir acompañado de fuertes deudas, por lo que nadie debería llegar tan lejos. La adicción al juego puede parecer menos grave que el alcoholismo o la drogodependencia, pero es la más relacionadas con los intentos de quitarse la vida.

Deja que te enseñe lo que REALMENTE es un sistema efectivo de consultoría y cómo tratar con este problema:

1.- Ofreciendo un contenido atractivo

Materiales dinámicos, ejercicios desde la primera consulta. Adaptando el momento que vives, los miedos, la ansiedad. Entrega de buen material adecuado a tu problema

2.- Hablando de tu problema

Cuando proyectas hacia el exterior aquello que te está haciendo daño se genera un abanico de nuevas posibilidades y un marco en el que puedes sentirte arropado y apoyado. Con un orden en el tiempo de menos a más alcanzarás tus objetivos

3.- Ejercitando paradas de pensamiento y comprendiendo al cerebro

Por qué hacemos aquello que no queremos hacer y cómo liberarnos de la culpa y la vergüenza que la masturbación adictiva y compulsiva nos está generando. Comprender que no es un acto voluntario te puede ayudar

4.- Planificación de una fecha

A partir de determinadas fechas que escogerás, tú podrás poner punto y final a aquello que te desagrada. En 3 semanas habrá cambios seguros.

1) Los baños de agua caliente ayudan a calmar los nervios.

2) Aumentar la ingesta de agua para eliminar las toxinas.

3) Se sabe que el jugo de arándano tiene propiedades purificantes.

4) Hacer ejercicio para aumentar la sudoración. Esto permite expulsar las toxinas del cuerpo.

5) Reducir el consumo de cafeína para evitar el insomnio.

6) Ejercicios de respiración para combatir la depresión u otros trastornos emocionales.

5.- Utilización de las señales de alarma

Antes de la recaída, el cerebro emite muchas señales que debes aprender a aprovechar para que no vuelva a ocurrir la próxima masturbación o el modo de hacerlo que te disgusta. Conmigo aprenderás a hacerlo, ya lo verás.

¿Qué aporta quiero-puedo.com?

Ofrecemos un tratamiento online de atención y seguimiento a todo tipo de trastornos adictivos o adicciones. Está destinado a personas con problemas de abuso, dependencia o adicción al alcohol o alcoholismo, adicción a la cocaína, adicción al cannabis, adicción a las pastillas, adicción al juego, ludopatía o juego patológico, adicción al sexo, adicción a las compras, adicción a internet o a las nuevas tecnologías, adicción al deporte, adicción al golf, adicción a la cirugía estética, adicción a la comida, mediante video llamadas y un teléfono disponible durante 24 horas para casos de emergencia.