EL SEXO QUIMICO EN AUMENTO POR EL USO DE LA TECNOLOGÍA Y EL PELIGRO ADICTIVO DE ESAS FIESTAS
Muchos lo llaman la heroína del siglo XXI. El efecto de la tecnología ha hecho explotar definitivamente una mezcla entre drogas de todo tipo, sexo grupal y facilidad en encontrarse por el uso de la tecnología.
Mi comentario personal como consejero en adicciones:Siempre han existido orgías y desfases. Lo que si me parece preocupante es que antes no todo el mundo accedía a esas orgías. Además entonces no conocían la química de las sustancias. (llegan en el siglo XIX).
Hoy entonces tenemos por un lado la existencia de drogas químicas que transforman el sistema límbico y por otro lado la tecnología que permite formar un grupo rápidamente y con relativa facilidad organizar una fiesta en donde «el champán de los dioses» sea derramado entre el semen esclavizado. La tormenta perfecta.
Largas sesiones de sexo grupal bajo los efectos de todo tipo de drogas y con una sensación placentera de forma artificial destruye el sistema endógeno que genera la dopamina de forma natural.
Lo que se vive en esas fiestas es alucinante mientras dure y tus principios lo acepten pero destruirán y te atraparán como una droga tremendamente poderosa.
Los tipos de drogas utilizadas son muchas y variadas y combinadas. Hay una letra del abecedario para cada droga sintetizada: M para mefedrona, T para tina (metanfetamina cristalizada), C para cocaína, G para GHB, K para ketamina, V para viagra… Y así hasta un largo catálogo de sustancias como letras tiene el alfabeto (GBL, M-Cat, crack, éxtasis, etc).
El chemsex o sexo químico, término utilizado para referirse a las sesiones de sexo gay en grupo que involucran drogas, en ocasiones suministradas por vía intravenosas (slamming) y que pueden alargarse durante días.
Un fenómeno que ha proliferado a través de Internet con la ayuda de aplicaciones para ligar o páginas webs temáticas y que suele conllevar sexo sin protección, motivo principal por el que muchos lo han asociado con un aumento de las adicciones y los casos de VIH y hepatitis C entre los hombres gays, aunque no existan evidencias fiables que confirmen su relación.